miércoles, 22 de abril de 2015

¡Olé!, el lema de los dementes.

Respetar: tener respeto, veneración, acatamiento. Entender: conocer el ánimo o la intención de alguien. Os estaréis preguntando a que vienen estas definiciones. Trato de dejar claro desde el principio que respetar y entender, a la hora de referirse a los gustos de varias personas, son conceptos totalmente diferentes. Puedes respetar las ideas o aficiones de una o muchas personas, pero no por ello debes de entender que disfruten maltratando y asesinando a un animal, por ejemplo. Y este ejemplo no está puesto en este texto por casualidad. Del maltrato y el asesinato de animales va el asunto. Sí, de toros. Pero antes de profundizar en las opiniones de un servidor, quiero que quede muy, muy, muy claro que las ideas de las personas se deben de respetar. No hay porque entenderlas.

Respeto las ideas de las personas. Pero se me escapa que alguien disfrute al ver maltratar a un animal para acabar matándolo brutalmente. Y más se me escapa a mi juicio que a eso lo llamen arte. No obstante, vuelvo a repetir, respeto a esas personas y no por ello son más estúpidas, más incultas o más cazurras. En fin, empecemos por el principio:

Los romanos consideraban a este animal divino. Y como a todos los animales divinos en la antigüedad se les podía tratar de dos formas: o se veneraban o se sacrificaban. Obviamente, esta "civilización" optó por la segunda opción y obligaban a los toros a luchar contra osos, leones y, evidentemente, personas. Lo demás es historia, que bien poco importa ahora.

Sigamos. Cerca de 60 toreros españoles han muerto en el ruedo a lo largo de la historia moderna de las corridas de toros. El número de toros asesinados es incalculable.

Otro dato: países como Argentina, Uruguay o Cuba prohibieron en su día las corridas de toros. A mi parecer, una prohibición de sentido común.

La historia del toreo puede ser larga y tediosa. Se la puede considerar una fiesta nacional debido a su antigüedad y tradición. No obstante, el ser humano está en constante aprendizaje. Y ya han pasado suficientes años para que nos demos cuenta de que, encerrar a un animal, que es un ser vivo, en una plaza de toros para clavarle banderillas, marearlo hasta lo imposible y acabar atravesándolo con una espada, es de putos bárbaros. Perdón, dije que nada de insultos. Pero, la realidad es que un torero es un maltratador y un asesino. Pone su vida en juego, sí... ¡pero por pura imbecilidad!

Existen personas crueles, malvadas, cínicas y diabólicas. Y me niego a creer que todas las personas que asisten a una corrida de toros sean de esta calaña. Pero decidme que calificativo se merece alguien que, no solo permite, sino que aplaude una demencia como el toreo. Esta es mi opinión. Y he de decir que de pequeño he ido a muchas corridas de toros. Sin embargo, y a diferencia de muchos otros, con el tiempo me he ido creando una opinión propia: adoro a los animales. Y me parecen indefensos en ciertos aspectos, por lo que me veo obligado a intentar ayudarles en lo posible.

Termino diciendo que sigo respetando a quien disfrute con este "espectáculo". No voy a perseguir a cada uno de los miles de taurinos que hay en el mundo para abofetearlos. Pero no entenderé jamás el placer que les puede proporcionar ver sufrir a un animal de una forma tan cruel.

¡Ah! Y espero que los taurinos respeten a los que no compartimos su afición.

P.D.: Los combates a muerte entre dos personas también eran una tradición en las civilizaciones pasadas, y no por ello dejemos de verlo como una barbarie de nuestros antepasados, ¿verdad? Os pregunto: ¿cómo creéis que nos verán las futuras generaciones cuando vean como tratábamos a los animales?

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