jueves, 25 de septiembre de 2014

Misión abortada.

Tras las pobres y ridículas líneas que publiqué hace tres días después de todo el verano estudiando, es hora de volver a escribir como antaño. Si habéis pensado en un artículo estructurado, bien escrito y con buenos argumentos, habéis fallado. Para leer cosas así comprad un periódico. O mejor no lo hagáis.

Mis más modestas y molestas palabras de hoy van dirigidas a dos personajes, digamos, bastante tontos. Uno es nuestro 'presi' del Gobierno y, el otro, el ex-ministro de justicia, Gallardón. Como ya sabréis, estos dos individuos han sido protagonistas de una función de teatro los últimos días. Digo función de teatro porque no se me ocurren otros calificativos para describir las actuaciones de los que se les suponen líderes del país.

Para comenzar, recordemos. Hace ya varios meses, nuestro brillante ministro de justicia, por aquel entonces, fue el cabecilla de un grupo de políticos que llevaron a cabo una reforma más propia de la inquisición que de un gobierno demócrata del siglo XXI: la famosa ley del aborto que tanto revuelo formó. Pero no todo es culpa de Gallardón. Una persona por si sola no lleva a cabo una reforma (si se le puede llamar así. Sería más propio antirreforma), necesita más ministros que voten a su favor.

El proceso por el cual acabaron aprobando ese maldita ley poco importa. Lo gracioso viene ahora. Cuando Marianico decide dar marcha atrás, nunca mejor dicho, en todo este asunto. Esto ha ocasionado la dimisión del ex-ministro de justicia. Hasta aquí parece todo normal, ¿verdad? Un ministro que promueve una ley que descontenta a la mayoría del país, un pueblo enfurecido y un presidente que va al rescate (bastante tarde y después de haber dado luz verde a esta ley...en fin). Sin embargo, toda esta patraña no ha sido un acto de rescate por parte del PP.

Seamos sinceros, los políticos, en su mayoría, son unos buitres carroñeros que solo viven para su propio beneficio y, cuando se acercan elecciones, para los votos. Si de verdad pensáis que la desaprobación de la ley del aborto ha sido un arrebato de lucidez por parte del gobierno es que sois igual de tontos que ellos. 

Los fetos no pueden votar. O algo así han debido de pensar Marianico y sus colegas cuando han visto las estadísticas. Esas famosas estadísticas que tanto les preocupan a todos. Como he dicho, los fetos no pueden votar. Pero las mujeres que, con razón, se sienten enfadadas con el actual gobierno, si pueden. Y parece ser que para llegar a este conclusión, nuestro presidente querido ha tardado varios meses, varias manifestaciones y varias estadísticas en las que colocan a Podemos tan arriba como a ellos para tocarles los cojones un rato. 

Para finalizar, os diré que me parece una vergüenza que un Gobierno haga estas maniobras para ganar votos. Entiendo que en los pueblos, los alcalduchos asfalten dos calles o coloquen dos adornos para ganar votos antes de las elecciones. Pero que un grupo de ministros retiren una ley que ha estado meses atormentando a la gente únicamente para ganar votos, y no por un ejercicio de reflexión moral, me da nauseas.

Espero sinceramente que el PP reciba su castigo. Pero no un único ministro, como le ha sucedido a Gallardón, sino a TODOS. 

PD: he evitado mencionar a la Iglesia en estas líneas porque sino daría para hacer dos volúmenes.

PD': no os dejéis engañar por estas maniobras tan inmorales.

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