lunes, 29 de septiembre de 2014

La voluntad: clave para joder.

Mis más modestas y molestas palabras de hoy están siendo tecleadas desde una de las mesas para el estudio en la primera planta del edificio "Química I" de la Facultad de Ciencias de Granada. Este curso tengo muchísimo más tiempo para hacer las cosas que de verdad me gustan (algunas, no todas). Y como tengo muchísimo más tiempo, allá va otro artículo mediocre. Comencemos.

De nuevo me cuesta escribir sin tocar el tema de la incompetencia de algunos docentes de la UGR. Pero seré fuerte. En las próximas líneas intentaré tratar otro aspecto bastante delicado sobre nuestra sociedad. En otras ocasiones, he publicado sobre la hipocresía, la objetividad, la moral de ciertos políticos y la sensibilidad que mostramos ante un sin techo. Sin embargo, nunca he dedicado más de dos palabras a la voluntad.

La voluntad, según la Wikipedia, es la facultad de ordenar y decidir la propia conducta. Para muchos otros, la voluntad tendrá otro significado. Pero para mí, el significado en sí de la palabra me importa más bien poco. Lo importante de la voluntad es lo que nos motiva a dar muestras de que la tenemos. Lo importante de la voluntad es el objetivo final que nos mueve a levantarnos de la cama, decir adiós a ciertos privilegios o desprendernos de objetos muy queridos. Para mí, eso es lo realmente importante de tener voluntad.

Desgraciadamente, en este país no abunda la voluntad. Al menos, la voluntad a la que me refiero. Y es que no paro de repetirlo cuando he tenido ocasión en pasadas publicaciones: "queremos salir de la crisis para volver a vivir como lo hacíamos antes". Para mi humilde opinión, eso no es voluntad. Voluntad es decir adiós al estilo de vida que ha hundido a este país (y me refiero a la parte que nos toca a los ciudadanos, no a los líderes corruptos y demás). Voluntad es decir "sí" a un trabajo mal pagado a esperar sentado en el sofá a que todo se solucione. Voluntad es decir "no" al modo de vida consumista al que nos obligan a vivir. Eso es voluntad (para mí, ya lo sabéis).

Muchos, o eso espero, estaréis leyendo esto y pensando que no tengo razón. Estaréis leyendo esto y pensando que conocéis a muchas personas que trabajan de sol a sol por un salario mínimo o que están en la calle y darían cualquier cosa por cualquier empleo. Y tenéis razón. Pero dejadme que os diga que, hace dos años, hubiese comenzado el párrafo anterior diciendo: "Desgraciadamente, en este país NO hay voluntad". Y digo hace dos años, porque hasta un estudiante de Química de 19 años se ha dado cuenta del cambio en la sociedad con lo que a la voluntad se refiere. 

La voluntad ha cambiado, sí. Pero aún sigue habiendo miles de personas que, o bien no se han dado cuenta de que sentados no solucionan nada, o bien no se han visto afectados por la actual situación y no necesitan dar muestras de su voluntad (si es que la tienen). Tristemente, ante una sociedad como la actual, el que haya millones de personas con una gran voluntad por cambiar el país y dispuestas a todo, no es suficiente. Y no es suficiente por nuestros errores del pasado. No es suficiente porque pusimos al frente del país a gente que no es competente. Y está gente, no necesita de su voluntad para una vida cómoda y plena. De hecho, necesita de nuestra voluntad para trabajar, nuestra voluntad para renunciar y de nuestra voluntad para seguir adelante. Necesitan de la gente que de verdad trabaja para pagarse sus trajes. Necesitan de la gente que de verdad renuncia a cierto nivel de vida para limpiarse su bonito culo con papel de seda. Y necesitan de la voluntad de los miles de españoles que se marchan de su país para enchufar a sus sobrinitos y que todo quede en familia.

Nos necesitan. Usemos nuestra voluntad para que se jodan de una vez. Estas palabrejas tratan sobre la voluntad. Y sobre la voluntad que necesitamos para cambiar el país os he hablado.

Que el camino de un país este marcado realmente por la gente que tiene voluntad y lucha por su vida. No por los que, injustamente, recogen los frutos de vuestra voluntad.

PD: que les jodan.

jueves, 25 de septiembre de 2014

Misión abortada.

Tras las pobres y ridículas líneas que publiqué hace tres días después de todo el verano estudiando, es hora de volver a escribir como antaño. Si habéis pensado en un artículo estructurado, bien escrito y con buenos argumentos, habéis fallado. Para leer cosas así comprad un periódico. O mejor no lo hagáis.

Mis más modestas y molestas palabras de hoy van dirigidas a dos personajes, digamos, bastante tontos. Uno es nuestro 'presi' del Gobierno y, el otro, el ex-ministro de justicia, Gallardón. Como ya sabréis, estos dos individuos han sido protagonistas de una función de teatro los últimos días. Digo función de teatro porque no se me ocurren otros calificativos para describir las actuaciones de los que se les suponen líderes del país.

Para comenzar, recordemos. Hace ya varios meses, nuestro brillante ministro de justicia, por aquel entonces, fue el cabecilla de un grupo de políticos que llevaron a cabo una reforma más propia de la inquisición que de un gobierno demócrata del siglo XXI: la famosa ley del aborto que tanto revuelo formó. Pero no todo es culpa de Gallardón. Una persona por si sola no lleva a cabo una reforma (si se le puede llamar así. Sería más propio antirreforma), necesita más ministros que voten a su favor.

El proceso por el cual acabaron aprobando ese maldita ley poco importa. Lo gracioso viene ahora. Cuando Marianico decide dar marcha atrás, nunca mejor dicho, en todo este asunto. Esto ha ocasionado la dimisión del ex-ministro de justicia. Hasta aquí parece todo normal, ¿verdad? Un ministro que promueve una ley que descontenta a la mayoría del país, un pueblo enfurecido y un presidente que va al rescate (bastante tarde y después de haber dado luz verde a esta ley...en fin). Sin embargo, toda esta patraña no ha sido un acto de rescate por parte del PP.

Seamos sinceros, los políticos, en su mayoría, son unos buitres carroñeros que solo viven para su propio beneficio y, cuando se acercan elecciones, para los votos. Si de verdad pensáis que la desaprobación de la ley del aborto ha sido un arrebato de lucidez por parte del gobierno es que sois igual de tontos que ellos. 

Los fetos no pueden votar. O algo así han debido de pensar Marianico y sus colegas cuando han visto las estadísticas. Esas famosas estadísticas que tanto les preocupan a todos. Como he dicho, los fetos no pueden votar. Pero las mujeres que, con razón, se sienten enfadadas con el actual gobierno, si pueden. Y parece ser que para llegar a este conclusión, nuestro presidente querido ha tardado varios meses, varias manifestaciones y varias estadísticas en las que colocan a Podemos tan arriba como a ellos para tocarles los cojones un rato. 

Para finalizar, os diré que me parece una vergüenza que un Gobierno haga estas maniobras para ganar votos. Entiendo que en los pueblos, los alcalduchos asfalten dos calles o coloquen dos adornos para ganar votos antes de las elecciones. Pero que un grupo de ministros retiren una ley que ha estado meses atormentando a la gente únicamente para ganar votos, y no por un ejercicio de reflexión moral, me da nauseas.

Espero sinceramente que el PP reciba su castigo. Pero no un único ministro, como le ha sucedido a Gallardón, sino a TODOS. 

PD: he evitado mencionar a la Iglesia en estas líneas porque sino daría para hacer dos volúmenes.

PD': no os dejéis engañar por estas maniobras tan inmorales.

lunes, 22 de septiembre de 2014

¿Qué hay de nuevo?

Demasiado tiempo... Podríamos decir que la regularidad del blog o la frecuencia con la que publico artículos es un gran reflejo de mi propia constancia. Sin embargo, estos meses no he podido escribir nada debido a los estudios y los problemas que ello supone. Tranquilos, os ahorraré el párrafo con las excusas y demás.
Tampoco escribiré un artículo de las cosas que han pasado estos meses y bla bla bla. Más que nada porque lo único que he hecho ha sido estudiar. En fin, dije que nada de excusas, así que: ¿de qué podríamos hablar?

Yo sé de que podríamos hablar. Es un tema del cual me encantaría desahogarme. Pero estaría tirando piedras contra mi propio tejado. Concretamente, contra el tejado de mi facultad.Y si ya me es bastante difícil aprobar por mis escasos medios, no me quiero ni imaginar si encima voy publicando sobre ciertos investigadores poco cualificados para la docencia. Pero no os preocupéis por mi, voy descargando mi rabia en forma de 140 caracteres de vez en cuando.

Otro tema del que podríamos hablar es de nuestros politicuchos. Parece que cada vez salen más fraudes y chanchullos. Pero es un tema largo y para el cual debería informarme un poco antes de escribir nada.

Para ser sinceros, tengo muchos temas para escribir, pero ningunas ganas. Y me entenderéis cuando os diga que acabe los exámenes el viernes pasado y empiezo las clases mañana. Mi verano ha durado tres días. He estado en el pueblo de mi novia de fiesta y hoy lunes no me apetece mucho escribir. Pero como os prometí en Facebook (no sé porque escribo en plural, probablemente pocos lean esto), publicaría un artículo hoy, y volvería a escribir más regularmente. Así que, tomemos estas palabrejas como un "¡hola, cuánto tiempo!", y ya habrá tiempo para artículos de verdad.

PD: no me apetece ni escribir postdata.